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Aurelio García aporta nuevos datos a la historia de Trillo y de los trillanos

El escritor presentó en la tarde de ayer y en la Casa de la Cultura de Trillo, dos libros, fruto de su investigación bibliográfica, uno sobre el siglo XVI en la villa y otro sobre de los personajes históricos más venerados de la localidad. El primero de ellos lleva por el título: Trillo en las ordenanzas de 1591 y el segundo Vida y virtudes de María Martínez de la Cruz, Beata de Trillo

Aurelio García estuvo acompañado en la mesa de ponentes por el alcalde de Trillo, Francisco Moreno, y por Angel de Juan,  editor de ambos libros, publicados en la colección Temas de Guadalajara por la editorial Editores del Henares.

Moreno, que introdujo a los invitados, subrayó la apuesta del Ayuntamiento por la cultura y por el conocimiento y la divulgación de la historia de la villa, y se refirió a la Beata de Trillo, “como uno de los personajes históricos más queridos en nuestro pueblo, al que los trillanos profesamos una gran fe, puesto que es bien sabido que ningún vecino se ha ahogado en el Tajo, lo que muchos atribuyen a su intercesión”, señaló. Por su parte, el editor destacó la talla como investigador del autor, y agradeció la apuesta del consistorio ribereño por la divulgación de su historia, “una actitud que ha mantenido en los últimos años, y que dice mucho de su preocupación por la cultura”, añadió.

Correspondió a García sintetizar de manera sucinta ambos textos. El primer libro, el dedicado a las ordenanzas de Trillo en 1591 que fue prologado por Francisco Moreno, presenta un estudio detallado de unas ordenanzas que para el lugar de Trillo concedió el Consejo Real en 1591.  “Las ordenanzas son un documento de primer orden a la hora de escribir la historia local, por ser un reflejo de la problemática diaria y de las soluciones encontradas en la época”, explicó García.

El documento jurídico en el que está basado el libro, manifiesta una defensa a ultranza de los cultivos y bosques contra los ganaderos. La normativa está planteada a modo de prohibiciones, con la intención de dejar muy claro que es lo que no se podía hacer y su castigo. En 1591 los cultivos que predominaban en Trillo eran los típicos de la denominada zona mediterránea: cereal, vid y olivo. Todavía tenía mucha importancia la actividad ganadera fomentada por los Reyes Católicos con su apoyo al consejo de la Mesta.

La política impositiva implantada por Felipe II en las últimas décadas del siglo XVI, con la creación de nuevos servicios “impuestos”, matizó García, hizo que los encabezamientos que tenía que pagar Cifuentes, como cabeza de condado, fueran repartidos entre los lugares de su jurisdicción y se aumentara la cuota que a cada uno le correspondía pagar. Este abusivo incremento de impuestos trajo malestar, pleitos y revistas de pleitos para comprobar quién tenía razón y a quién correspondía pagar esos impuestos. Fue el inicio de un largo proceso que culminó con la obtención por parte del concejo de Trillo de la concesión de título de villazgo. Al convertirse Trillo en villa: “sea villa en sí y por sí”, según reza en las ordenanzas, se hizo independiente de la cabeza del condado de Cifuentes, pasándose  a considerar como Insigne Villa de Trillo. “La lucha para la adquisición de esta distinción fue larga, costosa y con muchos sin sabores, pero a la larga mereció la pena”, matizó el ponente.

En segundo libro presentado glosa la Vida y virtudes de María Martínez de la Cruz, Beata de Trillo.  Consiste en la edición del manuscrito titulado Vida y virtudes de la sierva de Dios María Martínez de la Cruz, religiosa de la Tercera Orden de la Penitencia del glorioso patriarca Santo Domingo de Guzmán, natural de la villa de Trillo, una obra de Fray  Domingo Caballero que fue redactada en 1731 a partir de un diario escrito por don Francisco Cortijo, párroco de Trillo y confesor de la beata.

Siendo confesor y preceptor de la sierva durante muchos años, por indicación del obispo de Sigüenza, entonces Francisco Álvarez Quiñones,  Cortijo escribió la vida de la Sierva de Dios en 1.039 hojas. Lamentablemente, su diario no se ha conservado hasta nuestros días. El manuscrito de Caballero sí, aunque inédito, en la Biblioteca Nacional de Madrid, habiendo sido ahora consultado y reivindicado por García.

La obra del historiador alcarreño comienza con una larga y meritoria introducción, en la que García analiza quién fue la famosa Beata de Trillo y en que consiste la obra manuscrita de fray Domingo Caballero. Este prólogo, finaliza con un estudio sobre Trillo en la segunda mitad del siglo XVII.

El cuerpo del libro presentado ayer a los trillanos reproduce literalmente el manuscrito, que repasa la biografía de María Martínez de la Cruz (1658-1710). Detalla cómo fue la vida y todas las virtudes que tuvo la famosa beata, como fueron las visiones de la Pasión de Cristo, su gran devoción al Santísimo Rosario y narra algunos de los milagros que realizó para proteger a los vecinos de Trillo de ahogamiento en el río Tajo, tempestades y sequías.

Está dividida en un total de 33 capítulos en los que se trata desde el nacimiento hasta la muerte de la sierva de Dios. Según fray Domingo Caballero, María había nacido en Trillo el día 14 de noviembre de 1652, siendo bautizada el día 21 del mismo mes. Sin embargo, estos datos no coinciden con los existentes en los libros de bautismo de la parroquia de Trillo, que fueron consultados por el historiador local, ya fallecido, Agapito Pérez Bodega. “Creemos más verídica la fecha proporcionada por los libros sacramentales, y consideramos que nuestra protagonista nació el 22 de noviembre de 1652 en Trillo”, dijo García, dando la razón a Pérez Bodega.

La sierva de Dios natural de Trillo y miembro de una familia humilde, pues su padre era un honrado artesano, trabajador del mimbre, destacando por su habilidad en la elaboración de objetos de cestería. Su marido, Miguel Elvira, fue labrador y herrero, y los restantes miembros de su familia, sencillos labradores y carpinteros.

Su fama virtuosa empezó a extenderse fuera de Trillo. Según comentaba fray Domingo Caballero, el Padre Froilán Díez, residente en Madrid, tuvo conocimiento de ella y la visitó en Trillo para hablar de sus visiones y revelaciones. En los últimos años de su vida, debido a sus rigurosos ayunos, padeció las denominadas tercianas, unas fiebres o calenturas que se producían en los veranos por contaminación aguas estancadas  y contaminadas. Murió en Trillo el 15 de diciembre de 1710 cuando contaba con 57 años.  Unos meses después de su fallecimiento su cuerpo fue trasladado desde Trillo a Cifuentes – El cuerpo de la beata es depositado en el convento de San Blas, en Cifuentes, donde descansa en la actualidad.

La investigación sobre la vida de María Martínez también ha servido para arrojar luz sobre cómo era Trillo en la  segunda mitad del siglo XVII. Por esos años Trillo contaba con numerosas instituciones eclesiásticas: memorias, capellanías, ermitas y cofradías. Así, por ejemplos, se tiene noticia a la existencia en Trillo de las siguientes cofradías: Cofradía del Nombre de Jesús (1653), Nuestra Señora de la Asunción desde 1756. San Esteban (1537), Cofradía de la Vera Cruz, Cofradía de San José (1674), Cofradía del Santísimo Sacramento, Cofradía de Nuestra Señora del Rosario desde 1685.  En 1747 se habla también de las cofradías de Ánimas y Concepción. Por último, ya en el siglo XVIII, se fundó la cofradía de Nuestra Señora de la Concepción de los bañistas.

“En esta breve mirada a la historia de Trillo ha querido ser una mirada atrás para seguir avanzando. La mirada al futuro para tratar de comprender de dónde se viene.  Esa es una seña de identidad de los libros, y esa ha sido mi intención al escribir estos dos libros”, terminó el autor, que recibió una generosa ovación de los asistentes.